miércoles, 26 de diciembre de 2018

2010 Como nació la canción Mar de tambores

Como nació la canción Mar de tambores
La noche que me entregaron este diploma en la sede de Saavedra de la Chilinga, escuché esta frase: MAR DE TAMBORES, el animador del encuentro la repitió en varias oportunidades.
Me gustó la imagen, y guarde esta bella metáfora. Tiempo después ya trabajando sobre el repertorio del nuevo CD “Carta de Momo”, la compartí con mi amigo de juventud Lucio Griffoi poeta de Villa Ortúzar y charlamos como es nuestra costumbre sobre la idea del tema. Al tiempo me acerco el poema, lo musicalicé luego el ida y vuelta entre la letra y la música y terminó en canción.
Bajo la dirección musical Jose Maria Rios, un grupo de músicos amigos le puso su talento: Federico Palmero, guitarras; Pedro Bragan, piano; Cacho Ferreyra, saxos; Matias Diaz, trombón; Gustavo Lishi y Luciano Rosini, voces; Lucio Griffoi, recitado; Gerardo Pricolo, batería; Escuelaclave Percusión López: Natalio López, Santiago Fortich, Pablo Angulo, Maxi Basso, Ernesto Devera, Joel Carrazana, Eric Montag, Javier Kullock, Tomás Flichman y Ricardo Caligiuri: tambores
Mar de tambores Lucio Griffoi
Yo tengo una plaza en el medio de mi corazón
y en el medio de la plaza se siente y retumba,
abre paso y nos llama un mar de tambores,
un mar de tambores, bombos, redoblantes,
canciones de antes y ritmos de andar.
Me informa un viejo tamborero,
ya no hace falta explicar.
Cuando vamos algún barrio
es solo escuchar el pulso
y acompañar la clave,
la clave del lugar.
ue llama, avanza, y responde
un mar de tambores, bombos, a gogó, semillas, yembé.
y encima hay un cielo donde viajan nuestras voces.
Estandartes, banderas aguijoneando la noche.
Que tropiece con las casas, que baile, que goce.
Yo tengo una plaza en el medio de mi corazón,
yo tengo una plaza en el medio de mi corazón.
(Recitado)
Ese es nuestro motor
es el parapapá,
ese es nuestro doctor,
el que te va curar,
el Señor Carnaval,
el Señor Carnaval.
Un mar de tambores, un mar de tambores
matraca trutruca cazú.
Que tropiece con las casas, que baile y que goce.
Yo tengo una plaza en el medio de mi corazón…

domingo, 18 de noviembre de 2018

2018 Testamento de Momo. Sobre los 30 años de las Jornadas de Educación por el Arte de Laprida.

http://www.laprida.gov.ar/noticia.php?id=1052
Testamento de Momo, ganador del Carnaval 2018 en Laprida.
Sobre los 30 años de las Jornadas de Arte en Laprida

TESTAMENTO GANADOR REY MOMO 2018


BUENAS NOCHES DIGO A TODOS:

LAPRIDENSES, REGIONALES,

QUE SON HOY TESTIMONIALES

DE ESTE CIERRE…. ¡QUÉ GRAN FOTO!

Y DESDE AQUÍ HAGO VOTOS,

ANTES DE SER YO QUEMADO,

PARA QUE SIGA AVIVADO

ESTE ESPÍRITU DIVINO

DEL CARNAVAL ARGENTINO

QUE AQUÍ ESTÁ REPRESENTADO.

EN EL TEXTO ME PIDIERON


QUE HABLE DE ANTES O DE AHORA,

Y COMO PASA LA HORA,

VOY YA A LO QUE SUGIRIERON…

NO SÉ SI USTEDES LA VIERON:

MI VESTIMENTA ES SOÑADA,

HASTA EN EL GORRO HAY “JORNADA”,

MÁSCARAS, NOTAS, COLORES…

POR ESO DOY MIS HONORES

A AQUEL QUE LA DISEÑARA.

COMO EN OTROS TESTAMENTOS

DISPONGO PARA EL REPARTO

MIS BIENES Y MIS ENCANTOS,

CON MEZCLA DE SENTIMIENTOS;

NO QUIERO ESCUCHAR LAMENTOS

SI LES TOCA ALGO GASTADO,

PUES TODITO HA SIDO USADO,

ME FUI HASTA LAS ROMERÍAS

Y NI EL NICO LO CREÍA

LOS “BAILABLES” QUE HE BAILADO.

EMPIEZO POR LOS ZAPATOS

Y PENSANDO A QUIÉN LOS DEJO,

DECIDÍ A LOS DEL COMPLEJO,

LOS DEBEN TENER GASTADOS,

PUES EVENTOS NO HAN FALTADO:

ACTOS, CINE, ANIVERSARIO,

TALLERES, SHOWS DEL BALNEARIO,

EDUCACIÓN POR EL ARTE…

NI TIEMPO PARA SENTARSE

ESTE AÑO LES HA QUEDADO.

LA HEBILLA DORADA DE ORO

QUIERO QUE SEA COMPARTIDA

POR ELLOS, LOS DE LAPRIDA,

QUE ARRIESGAN SU VIDA EN TODO;

SABEMOS QUE HAY MUCHOS MODOS

I AL BOMBERO HAY QUE AYUDAR:

SU RIFA PODÉS COMPRAR

O HACERTE EN EL AÑO SOCIO;

LOS RIESGOS DE UN RATO DE OCIO

TAMBIÉN PODÉS CONTROLAR.

ME PUSE MEDIAS RAYADAS

NARANJA Y ROJO POTENTE

PORQUE SE ME VINO A MI MENTE

EL TEMA DE LAS JORNADAS:

TREINTA AÑOS NO SON NADA

SI EN NÚMEROS TRADUCIMOS,

PERO EN ELLOS REVIVIMOS

CIENTOS, MILES, MILLONES

DE VARIADAS EMOCIONES

QUE BROTAN SI LAS HICIMOS.

PANTALÓN AZUL BRILLOSO,

ESPECIAL PARA EL MURGUERO,

LO DEJO A COCO ROMERO,

QUE SIGUE SIENDO UN GRANDIOSO;

Y SI HABLAMOS DE VIRTUOSO

Y HABLAMOS DE ALFARERÍA,

CARLOS MOREIRA CREARÍA

UNA ESCULTURA SIN CRISIS

Y UN TAL LUCIANO BRINDISI

A LA TORRE SUBIRÍA.

SACO AZUL PARA “MAESTRA”

SI LAS HAY CON SEGUIDORES,

TRAJO LOS “SUSURRADORES”,


MIRTA COLÁNGELO NUESTRA.


QUIÉN NO RECUERDA LA MUESTRA

DE LOS TALLERES CERRANDO,

CON UN LASALA TOCANDO

MIENTRAS EN TEATRO IMPROVISA

UN LAMBERTINI SIN PRISA

PARA TODO IR TERMINANDO.

NO PUEDO NOMBRAR A TODOS

PERO SEPAN QUE EN LA GENTE

DEJARON, Y ESO SE SIENTE,

SEMILLAS PARA CREAR…

MI CETRO VOY A DEJAR

A TODOS LOS DEL GOBIERNO

PUES SIN ELLOS NO HABRÍA SUEÑO

SI NO FUERA DECISIÓN

DE APORTAR A EDUCACIÓN

CON ARTE Y CON MUCHO EMPEÑO.

CAMISA NARANJA FUERTE

ME PUSE EN LA DESPEDIDA,

ESTÁ BIEN HECHA A MEDIDA,

COLOR QUE AUYENTA LA MUERTE;

Y AUNQUE NO CREAN MI SUERTE

ME LLEGÓ LA INVITACIÓN

DE LA GENTE DEL TRIATLÓN

CREYENDO QUE ERA UN ATLETA,

CONFUNDIÓ MI CAMISETA

CON ROPA PA’ LA OCASIÓN.

BIGOTE, BARBA, CEJOTAS

HAN SIDO BIEN DEFINIDAS,

TAMBIÉN UÑAS ESCULPIDAS

QUE DICEN ESTÁN DE MODA.


NO ME OLVIDO DE LA COPA

DE MI SOMBRERO AZULADO,

QUE COMBINA EL ENTELADO

DE MI ELEGANTE TRANSPORTE,

NI TAMPOCO DEL GRAN PORTE

DEL CHOFER QUE ME HA PASEADO.

UN MANTO ROJO HECHO CAPA

PARA QUE USEN LES DEJO,

POR SI SE QUEDAN PERPLEJOS

SI EN EL CAJERO NO HAY PLATA.

Y SI SE GANA O SE EMPATA

NO IMPORTAN LAS CONCLUSIONES,

SE OBSERVAN LAS ILUSIONES

EN LAS CARROZAS, DISFRACES,

BATUCADAS BIEN AUDACES

DE NUESTRAS INSTITUCIONES.

EL CORSÓDROMO RELATA

Y EN EL FINAL MANIFIESTA

QUE YA SE ACERCA “LA FIESTA”

Y EN EL CUARTETO SE DESTACA.

PARA NO METER LA PATA

Y CON ALGUIEN MAL QUEDAR,

ME DESPIDO SIN DUDAR

COMO UN AMIGO DECÍA:

DISFRUTEMOS DÍA A DÍA

HASTA EL OTRO CARNAVAL!

NADONÉSTA

martes, 6 de noviembre de 2018

1989 Coco Romero y Los Caballeros del Caño. MURGAS EN LA RECOLETA


Murgas en la Recoleta

12 de noviembre 1989 Diario Clarín.

A metros de la Biela, frente al Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, estaba preparado el tablado para el Tercer Encuentro de Murgas, organizado por dicho centro y por el Programa Cultural en barrios. Salía gente de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar cuando un cocker spaniel un doberman se pusieron a ladrar a los bafles: Los caballeros del caño, comandados por Coco Romero- uno de los “expertos” que están convocando al Primer Encuentro de Directores de Murgas y Comparsas, el 1° de diciembre en Alsina 673-, desafiaron a la meteorología. Frente al cartel que anunciaba la muestra de Martín Taylor: entre disciplina y deseo, un flaco tomaba mate de pie llevando el ritmo, una embarazada picoteaba pochoclo y, con el segundo cuplé a cargo de la garúa, un señor mantenía el grabador encendido bajo el paraguas mientras alguien lamentaba que aún no se hubieran formado Pos Pasajeros de Noé, los organizadores decidieron suspender hasta nuevo aviso.

Pudieron frenar a ocho de las nueve murgas restantes: Los Herederos de Palermo ya estaban en camino e hicieron su representación en el hall del Centro de la Recoleta, rodeados por impecables niños de ojos claros, jóvenes posmodernos, heladeros que no quisieron perderse la fiesta y deambulantes varios atraídos por los bombos, en contrapunto con un obrero oculto que obligó al “Turco Schumacher” a escupir el silbato y reclamar “¡Que se calle el del martillo!”.

Fue, apenas, el avance de una e las tantas murgueadas que están volviendo a armarse en estos tiempos entre porteños que no quieren entregar la risa. ♫



Murgas en la Recoleta
A metros de La Biela, frente al Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, estaba preparado el tablado para el Tercer Encuentro de Murgas, organizado por dicho Centro y por el Programa Cultural en Barrios. Salía gente de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar cuando un Cocker spaniel y un Doberman se pusieron a ladrar a los bafles.
Los Caballeros del Caño comandados por Coco Romero -uno de los "expertos" que están convocando al Primer Encuentro de Directores de Murgas y Comparsas, el 1° de diciembre en Alsina 673, desafiaron a la meteorología. Frente al cartel que anunciaba la muestra de Martin Taylor: entre disciplina y deseo, un flaco tomaba mate de pie llevando el ritmo, una embarazada picoteaba pochoclo y, con el segundo cuplé a cargo de la garúa, un señor mantenía el grabador encendido bajo el mientras alguien Iamentaba que aún no se hubieran formado Los Pasajeros de Noé, los organizadores decidieron suspender hasta nuevo aviso. Pudieron frenar a ocho de las nueve murgas restantes: Los Herederos de Palermo ya estaban en camino e hicieron su presentación en el hall del centro de la Recoleta, rodeados por impecables niños de ojos claros, jóvenes posmodernos, heladeros que no quisieron perderse la fiesta y de ambulantes varios atraídos por los bombos, en contrapunto con un obrero oculto que obligó al “Turco Schumacher” a escupir el silbato y reclamar "¡Que se calle el del martillo”. Fue, apenas, el avance de una de las tantas murgueadas que están volviendo a armarse en estos últimos tiempos entre porteños que no quieren entregar la risa.
12 de Noviembre 1989
DIARIO CLARIN.


viernes, 2 de noviembre de 2018

2018 Coco Romero y el Bando Murgo en La Academia


2018. Presentación del libro "El universo creativo del Carnaval" en San Isidro










Fotos gentileza Hernan Broggia

El universo creativo del Carnaval, el nuevo libro de Coco Romero, uno de los principales referentes del país cuando de murgas y corsos se habla
Se presentará el miércoles 24 de octubre, a las 19.30, en el Teatro del Viejo Concejo. Gratis
Investigador, conocedor como pocos de la historia y el espíritu del Carnaval, salteño y vecino de Villa Adelina. Hablamos de Coco Romero, que el miércoles 24 de octubre, a las 19.30, presentará El universo creativo del Carnaval, en el Teatro Del Viejo Concejo, 9 de Julio 512, San Isidro, con entrada gratuita.

Declarado de Interés para la Comunicación Social y Cultural por la legislatura porteña, el libro es una compilación de Romero de los textos más destacados de El Corsito, la tradicional publicación gratuita del Centro Cultural Rojas, que depende de la Universidad de Buenos Aires. Una revista fundada y dirigida por el propio Romero, editada entre 1995 y 2015, que se convirtió en un faro de divulgación y consulta para los interesados en esta tradicional fiesta.

“La mitología dice que Momo es una deidad alegórica echada del Olimpo de los dioses por criticar. Ese concepto aglutina a todas las murgas, pero el Carnaval es mucho más que eso, es un dispositivo de arte creativo, en el que confluyen la pintura, la plástica, la música, la danza. La murga es y será un fenómeno de orillas, de los bordes de la ciudad, un espacio creativo del pueblo, el pueblo que pinta, dibuja, lee, escribe, el pueblo que piensa”, dijo Romero, que preside el jurado del concurso del Carnaval de San Isidro (integrado por Arturo Blas Bisogni y Aluminé Manteca Acosta), del que participan una treintena de murgas locales, más de 3.000 artistas y unos 70.000 espectadores.

El Corsito (disponible en www.rojas.uba.ar) tuvo como lema debut Momo volvé, nosotros te queremos, siempre se colocó a contramano de los formatos periodísticos convencionales, profundizó sobre este festejo en las distintas regiones del país y del mundo, indagó su relación con la literatura y el arte, y ofreció diferentes lecturas desde la historia, la antropología, la musicología y la comunicación social.

Una publicación que reunió la cita de textos sobre el Carnaval, piezas literarias y de investigación, críticas y reflexiones a modo de ensayo, ficciones, creaciones estéticas y poesías. Temáticas diversas que aparecen reflejados en El universo creativo del Carnaval, que tiene colaboraciones de Leda Valladares, Horacio Spinetto, Juan Travnik, Alberto Muñoz, Antonio Céltico, Olga Fernández Latour de Botas y Roberto Arlt, muchos entre otros.

Considerado como uno de los principales investigadores de nuestro Carnaval, Romero (www.cocoromero.com.ar) difunde y coordina desde hace décadas los talleres de murga del Rojas, donde también es asesor y curador de proyectos del Departamento Cultura Urbana y Popular. Además es autor de los libros La murga porteña. Historia de un viaje colectivo; Talleres de murga del Rojas, el árbol genealógico, y Carnaval porteño, una historia en historieta, junto con al destacado ilustrador, pintor e historietista Enrique Breccia.

San Isidro, 18 de octubre de 2018


jueves, 18 de octubre de 2018

2018 Coco Romero y El Bando Murgo en Barracas 27 de octubre a las 20 y 30 hs.


                                                                        Emilio Pita
                                                                        Jose Ríos
                                                                        Matias Canepa

domingo, 23 de septiembre de 2018

2008. Responsabilidades y avances Coco Romero. Opinión en diario La Nación

La Nación
Sección Espectáculos
15 de febrero 2008

Responsabilidades y avances
Por Coco Romero

Es necesario diferenciar claramente dos fenómenos: una cosa es el carnaval (la fiesta), otra es la murga (participe de la misma). La lectura que se hace en contra -se dice, por ejemplo, que hay demasiados corsos en la ciudad a los que va poca gente o que no ofrecen una estructura adecuada- tiene que ver con el armado del carnaval. Un área del municipio tiene responsabilidad en esto, pero con la desarticulación del carnaval durante la última dictadura militar (decreto 21.329, de 1976) se perdió la gimnasia de la fiesta. Toda fiesta, como tal necesita periodicidad. Por lo tanto, es una materia pendiente el buen armado del festejo. Plantear la distribución en la ciudad, la calidad, el mejoramiento técnico (sonido, buena iluminación), la convocatoria, la articulación con otras áreas (teatro, plástica, danza, circo, música). Creo necesario ampliar lo
escénico. Reinstalar el corso infantil, organizar concursos de máscaras y de disfraces, hacer una convocatoria amplia a propuestas carnavalescas: teatro callejero, humor, varieté, clown, bufón, títeres gigantes, coros, orquestas populares, géneros que hicieron historia en la fiesta del Momo porteño. Se necesita un trabajo más serio de parte de quienes tienen decisión política y responsabilidad sobre el tema. Pero también hay que valorar todo lo que se ha hecho posible gracias a la lucha sin interrupción de las murgas desde finales de la década del ochenta. Hay una evolución muy interesante allí. Y eso ha generado que viejos murguistas, con su vasta experiencia, tengan una conexión con los más jóvenes, generando un ida y vuelta muy bueno. También son importantes los encuentros que cortan la línea histórica de la murga. Porque llega gente ligada al rock como quienes propiciaron los discos Carnaval porteño- que permite la aparición de nuevos trabajos que son absolutamente motivadores y educadores para toda la movida en general. Aunque en esta época del año se junten carnaval y murga, porque están absolutamente asociados, hay que seguir ajustando por ambas partes. Las murgas tienen su espacio y hay que organizarlo. En el caso de la gaditana o montevideana, han crecido a través de concursos. Años anteriores me llamaron para ser jurado una semana antes del inicio del carnaval. Si se trabaja tan cerca de la fecha es difícil tener buen desenlace. Por eso es delicado que por una crítica al carnaval se critique por demás a la murga, que ha sido un movimiento absolutamente genuino en su construcción de civilidad en el espacio político y cultural de la ciudad. Agregaría que las murgas han crecido como espacios de expresión de jóvenes a través del arte. Hay que estar preparados desde las estructuras de la cultura para fomentar esta movilidad, y que dé sus frutos. Si crece en calidad es bueno para todos. Tenemos que seguir formándonos porque el carnaval es una fiesta dinámica. Coco Romero es coordinador del área Circo, Murga y Carnaval del Centro Cultural Rojas (UBA) y autor del libro La murga porteña, historia de un viaje colectivo.



domingo, 9 de septiembre de 2018

2002. Murga y cacerolazo, parientes cercanos - La Nación




Murga y cacerolazo, parientes cercanos - Copyright © LA NACION - URL: "https://www.lanacion.com.ar/379703-murga-y-cacerolazo-parientes-cercanos

Entrelíneas. 
Murga y cacerolazo, parientes cercanos
Por estos días en Buenos Aires se desarrollan protestas que tienen características de performance
10 de Marzo de 2002

Las continuas manifestaciones populares que a diario se desarrollan en distintas ciudades de la Argentina y que rápidamente son calificadas como "cacerolazos", están cargadas de una llamativa teatralidad. La representación espontánea está ganando las calles y es sorprendente. En tiempos en que el teatro callejero casi ha desaparecido, hombres y mujeres, de diversas clases sociales, no tienen ningún prurito en ocupar un espacio público para manifestarse y con teatralidad.

Distintos investigadores norteamericanos dirían que en nuestro país acontecen, continuamente, performances. La mexicana Diana Taylor, por ejemplo, que trabaja en la Universidad de Nueva York, visitó Buenos Aires en mayo de 2000 y declaró a LA NACION: "En este continente hay una gran cantidad de personas que no accede a manifestaciones culturales, pero realizan actos que no puedo nombrar como teatro, aunque tienen mucho de ritual dramático. Hacen performance. La performance -finalizaba- es también un modo de transmitir memoria y sentido de colectividad".

La estudiosa colocaba en un mismo nivel -de por sí, algo muy cuestionable- a los carnavales y los escraches de la agrupación Hijos.

Siguiendo su línea de pensamiento, hoy resulta sencillo calificar de performance los más diversos rituales urbanos de los que participamos los argentinos. Frente a la puerta de Tribunales, un grupo de manifestantes desarrolló su puesta vistiendo trajes de presidiarios, mientras que otros llevaban máscaras con los rostros de Carlos Menem, Cecilia Bolocco y otros políticos argentinos.

Hace unos días, otro grupo de ahorristas entró en un banco de Caballito, crearon un espacio circular en el hall, dentro de él colocaron unos dólares y unas tarjetas de crédito y cacerolearon haciendo una ronda. Los empleados y los clientes, que ya estaban en la institución, observaron ese ritual como hipnotizados espectadores.
* * *
La murga y el candombe también están formando parte de estos actos de protesta. Eran tiempos de Carnaval y tal vez por eso muchos de los códigos de esta festividad se incluyeron en las performances. Por esos días, en Liniers, se hizo "El carnaval del cacerolazo". Allí desfilaron las murgas de rigor y también distintas agrupaciones sindicales o de trabajadores independientes.
* * *
El teatrólogo brasileño Augusto Boal, especialista en técnicas del Teatro del Oprimido, dijo, en la década del 70, cuando regresó Juan Domingo Perón al país, que había visto la murga más impresionante del mundo.
"La Argentina sigue teniendo la murga más grande del mundo -dice hoy Coco Romero, especialista en murgas y coordinador del área Culturas Populares del Centro Cultural Ricardo Rojas-. Murga significa cantar, bailar y decir lo que uno piensa. La murga le rinde devoción al rey de la burla y de la crítica y entonces es natural que la gente se apropie de esos valores".
"Hoy todo es una estética carnavalesca -agrega Romero-. Hay un poco de murga, un poco de candombe, algunos muñecos gigantes, banderas, canto, percusión individual y un poco de tribu. Todos elementos propios del Carnaval. Los ricos y los pobres está en situación de igualdad, la cacerola los ha igualado".
Curiosamente, en las primeras murgas que se desarrollaron en Buenos Aires, en tiempos de la inmigración, los murgueros hacían sonar las tapas de las cacerolas.
Coco Romero explica que la murga se reinstaló, en la década del 80. Los jóvenes comenzaron a disfrutarla y hoy hay aproximadamente 150 agrupaciones oficiales. Es más, la murga dejó de pertenecer exclusivamente a los barrios orilleros para instalarse también en el centro.
"En términos de cultura popular -destaca Coco Romero-, de cultura de la calle, de los cortejos, se despertó un indio que estaba dormido. Toda comunidad danza, hace sus ceremonias, en los carnavales se emborracha. Nosotros no, decíamos "eso lo hacen los brasileños, las culturas del Norte". Ahora descubrimos otra cosa. En la época del radicalismo la gente copaba los espacios públicos para escuchar rock, hoy los toman para discutir y tratar de mejorar el barrio".
"Los padres de esos chicos murgueros -agrega Romero- están haciendo lo mismo que sus hijos. Producen un gran teatro de la calle."
Otro ejemplo válido es la acción que se desarrolló durante la Marcha en Defensa de la Cultura, que se realizó el 28 de noviembre de 2001. Teatristas de todo el país marcharon en Buenos Aires portando ataúdes que luego fueron colocados en las escaleras del Congreso Nacional. Al finalizar la manifestación todos los participantes se tiraron al piso simulando estar muertos, pero luego se levantaron y comenzaron a bailar al ritmo de tambores. La cultura podrá querer enterrarse, pero siempre renace.
* * *
El año pasado, en uno de los eventos especiales organizados en el marco del Festival de Teatro del Mercosur, en Córdoba, el recientemente fallecido director chileno Andrés Pérez Araya decía que extrañaba el teatro callejero que hacía en los años 70.
"En ciertas situaciones, respecto de determinados accionares políticos, siento nostalgia por un tipo de teatro que ya no hacemos, e incluso no sé si tenemos la capacidad de hacer: el callejero. Entonces teníamos una capacidad de reacción rápida, tomábamos la realidad inmediata y hasta nos convertíamos en militantes". Además, que le llamaba la atención que las nuevas generaciones prefirieran los espacios cerrados.
Al respecto, Coco Romero señala que si bien es cierto que estos "espacios carnavaleados podrán analizarse mejor con el paso del tiempo", es indudable que "esto está generando un gran teatro que le pasa por arriba al que está en las salas. Son performances que se desarrollan solas. Nadie las dirige".
* * *
Quien asista en estos días al teatro en Buenos Aires observará que muchos espectáculos están hablando de la realidad inmediata, pero esos discursos resultan muy endebles. La ficción está siendo ampliamente superada por la realidad.
"Antes los grupos hacían teatro desde la autogestión, salían sin ningún tipo de apoyo municipal, nacional, y generaban cosas fuertes, de choque. Hoy esos grupos se han institucionalizado, entonces ya no producen choque", finaliza Romero.
El actor y director Augusto Boal también estuvo el año pasado en la Argentina. Habló sobre las técnicas del Teatro del Oprimido, tema que comenzó a desarrollar, en Brasil, entre las décadas del 50 y el 60 y que luego consolidó en la Argentina, donde trabajó entre 1971 y 1976. Su trabajo es una referencia obligada en sociedades que atraviesan situaciones críticas.
Es lo que Boal llama crisis china : "Los chinos tienen dos ideogramas para significar la palabra crisis. Uno es peligro y el otro, oportunidades. Por lo cual toda crisis es peligro con oportunidades".
Todo esto viene a cuenta porque, indudablemente, el teatro parece ser un referente obligado también en tiempos de conflictos sociales, y no sólo en nuestro país.
Augusto Boal decía en su conferencia: "El teatro del oprimido ocupa su propio espacio, el de la democracia, el espacio en el que la gente puede utilizar el espectáculo, el lenguaje teatral, para discutir sus opresiones, para pensar el pasado, estudiarlo en el presente e inventar su futuro". Por Carlos Pacheco

domingo, 2 de septiembre de 2018

2003 Entrevista PAG.12 El poder le tiene miedo a la calle


 ENTREVISTA A COCO ROMERO, ESTUDIOSO DEL FENÓMENO DEL CARNAVAL
“El poder le tiene miedo a la calle”

El murguista, que programó en el Rojas un mes de actividades de Carnaval, explica cómo el ingreso de la mujer, el apoyo de la clase media y del rock ayudaron al crecimiento de la murga.
Por Silvina Friera
Más allá de los decretos y prohibiciones que sufrió a lo largo de la historia, el Carnaval y las expresiones artísticas emparentadas con esta fiesta popular resisten cualquier intento de confinarlas a un espacio de expresión periférica. Por el contrario, las murgas, la parte más urbana de este complejo calidoscopio cultural, se multiplicaron, no sólo en la ciudad de Buenos Aires sino en todo el país. Sin embargo, este crecimiento no siempre se traduce en una adecuada reflexión en torno del fenómeno. Coco Romero, coordinador del área “Circo, murga y Carnaval” del Centro Cultural Rojas, decidió programar por primera vez un mes destinado al Carnaval, que comenzó ayer y concluye el próximo 8 de marzo. “Con estas jornadas buscamos demostrar que el Carnaval es un gran firmamento, en el cual la murga es tan sólo una estrella”, dice Romero en la entrevista con Página/12. “Hay un montón de expresiones, como el gaucho disfrazado del padre Madariaga, o el diablito inocente del noroeste argentino, tan válidas y ricas, pero que no son tan conocidas en Buenos Aires”. Todas las actividades se realizarán en el Rojas, Corrientes 2038.
El telón de fondo de este mes destinado al Carnaval es el octavo aniversario de la publicación El corsito, un diario de distribución gratuita que reúne material de divulgación y consulta sobre el Carnaval del país y del mundo. Entre las actividades más destacadas –todas con entrada libre– se presentarán Los Quitapenas, murga nacida hace doce años en el Rojas (formada por veinticinco bailarines, diez cantantes y siete percusionistas), que llevan editados tres discos, y hasta se dieron el gusto de participar en un recital de Divididos. Romero recuerda esa experiencia como una gran ruptura. “Cuando entramos con la murga a Obras, más de cinco mil pibes estaban bailando. En ese momento sentí que algo se quebraba, que había una energía que corría con una fuerza tan grande que rompía todas las barreras sociales”. Romero sostiene que el rock ayudó a difundir la murga. “Lo que contribuyó ‘El tu-ta-tu-ta’, de los Decadentes para desparramar la murga en el país fue tan importante que ninguna tradición oral podría haber funcionado de la misma manera”.
Los Colifatos de la Llanura, de General Villegas, presentarán una versión murguera, tanguera y trágica de la novela Boquitas Pintadas, de Manuel Puig, dirigida por Jesús Pascual. Además, se podrá ver a Culebrón Timbal, el histórico grupo que combina música, poesía, comics y video; Clowns no perecederos (espectáculo dirigido por Cristina Martí) y La fiesta de la comunidad boliviana, entre otros. También se realizarán conferencias, mesas redondas, talleres y seminarios que tendrán como temáticas el Carnaval de Oruro, el diablo en la fiesta, raíces e identidad afroargentina, la experiencia de cirujeo cultural (a cargo de Mauricio Kartún, por su colección “Archivo Mascarita”), los jóvenes, las redes y las murgas, las grandes obras musicales de la historia (“Dos carnavales, el de Schumann y el de Saint-Saëns”), rituales de la fiesta mayor, música de tambores rioplatenses, entre otros temas. “Me hubiera encantado que Pedro Orgambide estuviera con nosotros”, confiesa Romero, que organizó un homenaje para recordar al escritor recientemente fallecido. “Me había encontrado con él para hacerle una entrevista, a propósito de un cuento que él había escrito, ‘La murga’, que se convirtió después en una obra de teatro. Orgambide iba a hablar de los intelectuales y el Carnaval”.
–¿Por qué creció tanto la murga?
–La democracia trajo nuevas instancias organizativas. Nuestro centro cultural es pos democracia. La murga generó un cruce de sectores sociales. Es un fenómeno que incluye elementos que revolucionaron el género, como el ingreso de la mujer y de los sectores medios, y esto provocó una explosión. Al mismo tiempo, los grupos de rock, en mayor o menor medida, le metieron mano a la murga, desde los videos hasta la música propiamentedicha. Esto funcionó como una caja de resonancia en todas partes del país. En cualquier ciudad importante hay murgas, porque la juventud tomó ese espacio como un ámbito propio de crecimiento y expresión. No creo que exista en la Argentina un movimiento tan interesante como el de las murgas que, si bien están fuera del circuito comercial, tienen una participación colectiva muy importante.
–¿Esta participación rompe con las fronteras del barrio?
–Sí, porque la tribu urbana es movediza. El barrio, como el que había en la década del 50, no existe más. Pero para ese imaginario juvenil perdura un barrio inventado. De repente, los pibes viajan una hora para ir a un lugar donde se sienten bien, para generar un espacio que les permita expresarse y con el que se identifican.
–¿Por qué en la Argentina el Carnaval casi siempre estuvo prohibido?
–No sólo aquí. En España, Franco lo prohibió durante cuarenta años. Si sobrevivió fue por la estrategia de muchos grupos que se desplazaron, se acomodaron. El Carnaval de Cádiz pasó a celebrarse con otra fiesta popular a mitad de año y por eso sobrevivió. El poder siempre le tuvo un poco de miedo a la calle. Sin embargo, la sociedad encuentra siempre modos de regular esta censura. El carnaval, como espacio que hereda rituales antiguos, en donde el rey y el esclavo conviven en un mismo terreno, es una idea que a muchos les debe provocar un poco de urticaria.
https://www.pagina12.com.ar/diario/espectaculos/6-16508-2003-02-12.html


2015 Las murgas porteñas vienen marchando

http://www.revistacabal.coop/actualidad/las-murgas-portenas-vienen-marchando

Revista CABAL
Las murgas porteñas vienen marchando
Febrero 2015
Las agrupaciones de distintos barrios preparan sus espectáculos y sus trajes característicos para el carnaval. Entre la tradición popular y la polémica organización oficial. Juventud y desafíos.

En algún lugar de Mataderos, una piba con zapatillas de lona salta sobre la vereda. Revolea su pie sobre el asfalto, al ritmo del bombo y el redoblante. Lo hace durante varias horas, con otros 50 jóvenes que comparten su devoción por el dios Momo. Como ellos, hay centenares de pibes y pibas que cada año se preparan para bailar durante febrero en los corsos de Buenos Aires, en los que participan decenas de murgas porteñas.
Se trata de chicos que cuidan la levita con los colores de su agrupación con tanto o más cariño que la de sus clubes de fútbol; que aprenden a coser lentejuelas solo para hacer los apliques que los distinguen de sus compañeros; que se le animan a los firuletes de colores en las caras, sobre las barbas y a la tafeta (que se arruina con la espuma) en pleno calor de febrero. Pibes que paran en la esquina, porque la murga es un fenómeno barrial, no de calzado importado ni de festivales vendidos por un portal de Internet. Una pasión que, a fuerza de saltos, ensayos y funciones de fin de semana, destroza alegremente zapatillas.


La murga porteña no siempre tiene buena prensa. A diferencia de otros carnavales, cuyo colorido se pondera, cuya trastienda se muestra por televisión, rara vez los pibes humildes de los barrios porteños tienen una cámara que los enaltezca. La única trastienda que la mayoría de la gente ve, son los ensayos en las plazas que muchas murgas hacen a partir de noviembre o diciembre. Pocos advierten el esfuerzo que supone desfilar ordenadamente al entrar al escenario de un corso, o los ensayos necesarios para que los músicos suenen como un verdadero conjunto. Luego, como siempre, hay murgas mejores o peores, que gustan más o menos. La clave, aseguran los que saben, está en otro lado.
Detrás de escena
«Nosotros estamos en pleno ensayo desde octubre, viendo qué vamos a hacer», cuenta Ricardo Talento, director de los reconocidos Descontrolados de Barracas, una de las mejores murgas locales. Pertenecen al Circuito Cultural Barracas, un referente notorio del teatro comunitario argentino, y eso influye notoriamente en su propuesta. «Nuestro proceso creativo depende de qué queremos hablar cada año, nuestra murga toma una temática y la desarrolla», explica el director. «Este carnaval retomaremos un espectáculo de hace seis años: lo estamos modificando, porque hablaba de la xenofobia, el barrio, el miedo a las migraciones y cómo eso se ha ido acentuado. Vamos a ir por ese lado», completa.
Claro que no todos los murgueros están al pie del cañón desde octubre o noviembre. «Uno por laburo o por distintos motivos, tiende a correrse o priorizar otras cosas, pero ya en diciembre empezamos a aparecer todos otra vez», confiesa Pache, como la conocen sus compañeros de los Descontrolados. «Por un lado están los ensayos y por otro el cuidado del traje», explica. «Hay murgas que se lo plantean como identidad, todos tienen levitas súper preparadas y decoradas a las que les prestan muchísima atención. Otras lo dejan librado a la individualidad de cada murguero», agrega.
Los colores se comparten porque identifican al grupo, pero los apliques hablan del murguero. Hay personajes populares (casi siempre hay algún Clemente, una Mafalda), cuadros de fútbol (en la misma murga conviven escudos de equipos rivales) y hasta logos de bandas. «El traje es el espacio donde cada uno pone lo que le gusta, por eso hay mucho amor por la levita propia», define Pache.

Los de Barracas, cuenta Talento, normalmente recién salen en la segunda semana de carnaval, ya con el espectáculo afianzado y con la organización clara. Desde la asunción de Mauricio Macri como jefe de Gobierno porteño, las murgas peleaban cada enero por su calendario. En los últimos años, los corsos se redujeron a una treintena y no hay cronograma sino hasta último momento, pero esa situación parece haberse estabilizado.
Coco Romero, historiador y autoridad indiscutida en el país sobre el fenómeno carnavalero, advierte contra esta costumbre del Gobierno porteño. «Una buena fiesta no se puede organizar sin tiempo. Las cosas acá aparecen, pero para que funcione realmente bien, tienen que tener un tiempo de preparación», señala. «El resultado es que los carnavales de la ciudad no tienen mayor visibilidad, compiten con otros más organizados y estructurados», concluye.
Romero compara la estructura de los corsos porteños con las comparsas de Gualeguaychú, las murgas montevideanas y las megaproducciones de Río de Janeiro, tres espacios cercanos que funcionan muy bien para la industria turística y cultural. «Son fenómenos carnavalescos que han tenido un sistema de concursos importante», señala. Y lamenta que muchas murgas porteñas se queden en su función social, sin reparar en la importancia de sumar una propuesta artística. «A esta altura del partido, alguien canta bien o canta mal», critica. «Si no pasa que premiamos con un cachet importante a un grupo de afuera porque lo hace bien, pero no fomentamos a nuestros jóvenes a que lo hagan correctamente», sostiene. Romero es tajante: dejar las cosas para último momento perjudica la calidad del festival y menosprecia el esfuerzo de miles de jóvenes que se preparan con antelación para –en muchos casos– la única ocasión que tendrán de ser vistos como artistas por sus vecinos.
Cultura de la calle
Por sus características populares, la murga atrae a un montón de jóvenes y niños que rara vez encuentran un lugar en otras expresiones artísticas. Con su sede ubicada a cuadras de barrios carenciados, los Descontrolados suelen recibir a chicos humildes en sus filas. «A nosotros se acerca un sector del barrio que no viene para hacer teatro, un sector que con la murga sí se siente con derecho a participar», comenta Talento. En la murga –que al cabo cruza música, poesía, plástica y danza– muchos descubren otros intereses y luego se incorporan al teatro u otros espacios culturales del barrio.
«El arte sirve para la inclusión social», asegura Pache. «Pero la murga es más accesible, porque es la menos elitista: es una expresión de la calle, nace y se produce ahí. Entonces es mucho más fácil identificarse», dice. Murga, promete a los futuros húsares de Momo, baila cualquiera. «En los talleres uno busca transmitir eso: más allá de la técnica, de que tenemos que buscar un proyecto de calidad, murga podemos hacer todos. No hay casting previo. Y eso es inclusivo».
El murguista también pondera la solidaridad que se genera puertas adentro de cada agrupación. «¿No sabés coser un aplique? Alguien te enseña, te ayuda. Eso surge de la necesidad y de la obligación de compartir espacio con otra persona, de tener un mes al año donde prácticamente convivís entre ensayos y funciones. Hay murgas que incluso tienen la suerte de viajar y conocer otros lugares, eso te lleva a conocer otras realidades y siempre construyendo un proyecto conjunto, que te hace sentir parte de algo. Hoy por hoy, no es algo menor».
Para Romero, en tanto, la murga debe superar su mera función de espacio para desahogar penas y frustraciones. Al cabo, se trata de un hecho artístico. Algo que para él resulta tan claro, no es visto del mismo modo por otros exponentes del sector. De hecho, entre las agrupaciones hay desavenencias y distintas miradas de cómo debe ser una murga y cómo plantearse ante el hecho artístico. «La murga es de los jóvenes, de los pibes que van y ensayan con todas las pilas, más allá de algunos empedernidos», destaca Romero. «Esos jóvenes tienen que encontrar ese interesante lugar creativo. Y ahí hay una responsabilidad muy grande de nosotros, los veteranos, de convertir esa voluntad en un hecho creativo. Si solo es utilizada como contención social, la patinamos. Hay que tender puentes con la expresión: bailar, cantar, escribir».
En sintonía con Romero, Pache admite que la «murga es un espacio de contención y es buenísimo que lo sea, pero no podemos quedarnos en eso. Porque, al mismo tiempo, somos una expresión artística popular y tenemos que estar a la altura», desafía. «Si no vamos a seguir siendo eternamente el género bastardeado, al que nadie le presta atención porque parece que no hay nada bueno para ofrecer», subraya.
________________________________________
Andrés Valenzuela
Nota reproducción de Acción Digital Nº 1162

1989. Los Caballeros del Caño en la Recoleta





MURGAS EN LA RECOLETA
12 de noviembre 1989 Diario Clarín.
A metros de la Biela, frente al Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, estaba preparado el tablado para el Tercer Encuentro de Murgas, organizado por dicho centro y por el Programa Cultural en barrios. Salía gente de la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar cuando un cocker spaniel un doberman se pusieron a ladrar a los bafles: “Los Caballeros del caño”, comandados por Coco Romero - uno de los “expertos” que están convocando al Primer Encuentro de Directores de Murgas y Comparsas, el 1° de diciembre en Alsina 673-, desafiaron a la meteorología. Frente al cartel que anunciaba la muestra de Martín Taylor: entre disciplina y deseo, un flaco tomaba mate de pie llevando el ritmo, una embarazada picoteaba pochoclo y, con el segundo cuplé a cargo de la garúa, un señor mantenía el grabador encendido bajo el paraguas mientras alguien lamentaba que aún no se hubieran formado Pos Pasajeros de Noé, los organizadores decidieron suspender hasta nuevo aviso.
Pudieron frenar a ocho de las nueve murgas restantes: Los Herederos de Palermo ya estaban en camino e hicieron su representación en el hall del Centro de la Recoleta, rodeados por impecables niños de ojos claros, jóvenes posmodernos, heladeros que no quisieron perderse la fiesta y deambulantes varios atraídos por los bombos, en contrapunto con un obrero oculto que obligó al “Turco Schumacher” a escupir el silbato y reclamar “¡Que se calle el del martillo!”.
Fue, apenas, el avance de una e las tantas murgueadas que están volviendo a armarse en estos tiempos entre porteños que no quieren entregar la risa. ♫

viernes, 31 de agosto de 2018

2006. Cafe Cultura Mercedes Bs.As. EL LIMONERO

01/09/06
"Coco" Romero, mano a mano con las murgas

El profesor y director de la revista "El corsito" compartió una charla con algunos de los protagonistas del carnaval mercedino. Describió los orígenes del fenómeno y su circunstancia actual.

.

"Yo puteaba y de repente de tanto trabajar un día la cosa se armó", confesó Romero.
Este jueves por la noche el encuentro con Coco Romero en el espacio del ciclo Café Cultura fue muy provechoso y una buena cantidad de mercedinos se acercaron hasta "El Limonero" para escuchar las enseñanzas de este maestro con respecto al carnaval y al fenómeno de la murga en particular.
Coordinada por el licenciado Angel Rutigliano (psicólogo y uno de los animadores del carnaval mercedino de parte de los "Lesionados por el corcho") la charla con Romero fue muy jugosa y permitió que se produjera un pequeño debate sobre el rol de las murgas en la sociedad mercedina.
En la sala de "El Limonero" estuvieron también los integrantes e impulsores de "Ilusión Murguera", quienes venían de organizar el segundo encuentro de murgas en Mercedes y también compartieron la experiencia con este docente del Centro Cultural Rojas que llegó a la ciudad con el auspicio de la Secretaría de Cultura de Nación, dependiente de la Presidencia, y el Honorable Concejo Deliberante.
Romero trazó varios senderos en su conversación, entre ellos anduvo por los orígenes de la murga porteña, hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX, e incluso participó de la discusión sobre la importancia de las murgas en Mercedes. "Nosotros le damos importancia porque la queremos y porque vivimos dentro de la murga. Hemos logrado cosas a base de pelea y tira y afloje, pero es difícil", estimaron los integrante de Ilusión Murguera. "No hay una cultura Murguera", coincidió "Coco": "Yo hace 20 años que trabajo en el Rojas, tardó en entrar mucho este fenómeno. Yo puteaba y de repente de tanto trabajar un día la cosa se armó. Hay una energía: si uno está consciente de lo que está haciendo y sigue laburando, siembra una semillita y de repente aparece el árbol. No hay que aflojar bajo ningún punto de vista. Es importante la cultura de las comparsas y la murgas, que son un dispositivo más flexible, que permiten plantear un tema, expresarlo, verbalizarlo y cantarlo", señaló entre otros conceptos.
En el encuentro también se repartió la última edición de la revista "El corsito" que Romero edita en el Rojas. En tanto, entre otras cosas que hacen a la cultura carnavalesca local, se recordó el diseño del artista Carlos Coviello con sus estampillas de carnaval, algo que "a veces perdemos de vista", según dijo el coordinador de esta charla, Rutigliano. "Yo había visto una obra de Coviello, y entonces como tengo mucho material le expliqué que era Momo y sacamos cuatro versiones", dijo Romero.
El visitante también destacó entre los aspectos culturales que hicieron en los últimos tiempos de la murga una cuestión popular, la participación de los grupos de rock en el fenómeno murguero. En este sentido nombró a Los Decadentes, Los Fabulosos Cadillacs y citó, sobre todo, al disco "Momo Sampler", de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, como el gran difusor de la movida Murguera entre los pibes de todo el país.




2018 ¡Que no se calle el del bombo...! Monica Lopez Ocon. TIEMPO ARGENTINO


https://www.tiempoar.com.ar/nota/que-no-se-calle-el-del-bombo
¡Que no se calle el del bombo...!
Tantas veces bastardeada, nacida en la calle, condenada al silencio por gobiernos autoritarios, despreciada por provenir de los estratos populares, la murga porteña es no solamente el símbolo de la fiesta pagana del Carnaval, sino también un muy contagioso grito de rebeldía. Un breve recorrido por un género que habla de nuestras raíces.Por Mónica López Ocón
Febrero de 2018
Grupo de músicos callejeros que interpretan canciones satíricas en los carnavales", dice el diccionario de la Real Academia Española (RAE) en la segunda acepción de la palabra murga. En la primera, señala, además, que se trata de "una compañía de músicos malos". Sin embargo, la murga fue y continúa siendo emblema del carnaval, una fiesta cuya esencia tiene que ver con la rebelión contra los poderes instituidos, con el cuestionamiento de la organización social.En su libro El carnaval en Buenos Aires (1770-1850). El bastión sitiado, Romeo César señala que en tierras sudamericanas el Carnaval fue "la fiesta por excelencia. Una fiesta 'pagana' atada al calendario litúrgico; una fiesta de todos festejada en especial por las mujeres; una fiesta inter y multiétnica, en la que se amalgamaron elementos europeos, indígenas y africanos de las más diversas procedencias". El autor señala otro rasgo significativo: "Ha sido la fiesta sobre la que recayó la mayor cantidad de reglamentos, controles, censuras y malos entendidos; y cuya celebración, desde el siglo XVIII en adelante, haya sido prohibida en más oportunidades que la de cualquier otra festividad y por los más distintos (y aun enfrentados) regímenes políticos".
No es casual, por lo tanto, que la dictadura cívico-militar haya suprimido los festejos y feriados de carnaval por el decreto 21.329 y hayan sido sobre todo los murgueros quienes reclamaron y lograron su restitución durante el gobierno anterior. Pero tampoco es casual que la murga porteña sea menospreciada por ciertos sectores de la sociedad que la ven como una expresión vulgar y chabacana, y que se la considere la hermanita pobre de otras murgas argentinas más glamorosas que tienen una fuerte influencia de las comparsas de Brasil. Sin embargo, es la murga porteña la que cuenta nuestra historia, la que incorporó la crítica social y política como marca de identidad y la que se asume como expresión popular por antonomasia. Dicen que para muestra basta un botón y el siguiente ejemplo lo corrobora. En octubre de 1999 los restos del padre Carlos Mugica, asesinado por la Triple A el 11 de mayo de 1974, fueron trasladados desde el Cementerio de la Recoleta a la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 donde ejerció su misión sacerdotal. Quien dio la misa una vez que el féretro transportado a pulso por los integrantes de la villa llegó a ella fue Jorge Bergoglio, y la celebración del regreso estuvo a cargo de una murga, Los crotos, dirigida por Félix Loiácono. Fue precisamente esa murga la que inspiró la formación de otra en el seno mismo de la villa: Los guardianes de Mugica.
Ariel Prat, que define su arte como "tango y milonga de corte murguero", resume muy bien el derrotero que siguió esta expresión popular en el país. "La Murga Argentina, bautizada particularmente como 'Porteña' dice en De este lado del Plata, una compilación de cantos de la Murga Argentina realizada por él-, debe ser el secreto mejor guardado aunque peor cuidado de la cultura popular y musical de la Argentina. En los últimos años se ha extendido notablemente en todo el territorio nacional (con particular fuerza desde el retorno de la democracia) con sus variantes locales en algunos casos, pero conservando rasgos distintivos, sobre todo en el baile y en el vestuario. Entre ellos se destaca el instrumento 'estrella': el bombo murguero, esencial para entender el mestizaje de lo afro-argentino con el folklore aportado por la inmigración europea de mitad del siglo XX en adelante. A partir de 1955, con la irrupción de la 'Fusiladora', los festejos populares entre ellos el carnaval sufrieron una marginación evidente y sistemática reforzada por la supresión de los feriados festivos del carnaval ya con la dictadura cívico-militar del '76. En tales circunstancias, la expresión por excelencia del carnaval metropolitano que fue y es la murga quedó sepultada e invisibilizada como tantas otras expresiones populares siguiendo la penumbrosa ruta de aquella 'historia negada' de nuestra afro-argentinidad bajo la concepción 'mitrista' y 'sarmientina' de lo que debía ser nuestra Nación. Al empobrecerse por marginada y al convertirse sólo en vehículo de diversión con formato de desfile, prohibidas o censuradas en algunos casos las letras y el mensaje, la murga pasa a ser doblemente ignorada por los sectores populares de izquierda y por los de la derecha". Según lo consigna Prat, la murga porteña desciende de la vieja comparsa negra "paulatinamente blanqueada" y del candombe criollo, conocido como guariló.
Los brillantes trajes murgueros provendrían de los esclavos que, abolidas las jerarquías sociales durante el período del carnaval, habrían tomado los elegantes fracs de sus amos y los habrían dado vuelta para no mancharlos, mostrando de esta forma el forro de seda al que le agregaron múltiples ornamentos. Por su parte, el baile sería una imitación de los efectos que produce una borrachera o el mareo generado por un largo viaje en barco desde África hasta las tierras del Río de la Plata. Sobre estas y otras cuestiones murgueras hay diversas teorías, pero si alguna certeza hay es que en el corazón mismo de la murga late siempre la rebeldía y que su ámbito es la calle, el espacio público, que como la mayoría de las cosas en este momento, es cada vez menos público y más privado. «

"La murga es un diamante en bruto y requiere mucho trabajo"

Si hay alguien que hizo mucho por salvaguardar y enriquecer la murga fue Coco Romero. Y lo hizo no sólo con la incorporación de una estética murguera a su propia música, sino también desde la enseñanza de esta expresión popular en los talleres del Centro Cultural Ricardo Rojas. Allí se gestó, hace más de un cuarto de siglo, la murga Los Quitapenas que, nacida en un ámbito de enseñanza, fue inspiración de una serie de otras murgas. Además, la investigación sobre sus orígenes y desarrollo les dio a las nuevas agrupaciones murgueras un nuevo impulso. Pero la influencia de la murga va más allá de la murga misma. Varios son los artistas y grupos que la incorporaron en sus propias creaciones. Este fenómeno, junto con las presentaciones en lugares cerrados y fuera del circuito específico del carnaval, la convirtió en una expresión presente durante todo el año. Alejandro Del Prado es un gran referente de la canción con influencia de murga porteña. En el mismo sentido se puede mencionar a Juan Carlos Cáceres un estudioso de la influencia de la negritud en la música porteña, a Omar Giammarco, a Flavio Cianciarulo, bajista de Los fabulosos Cadillacs que editó un disco, Cachivache (2004), en el que hace honor a su pasado murguero. También la Bersuit incorporó exitosamente alguna canción perteneciente a este género.
Lo mismo puede decirse de Los piojos, Los auténticos decadentes y de Amores tangos, entre otros.
"Nosotros afirmó Coco Romero en una entrevista somos canales que resignifican y revaloran ante el hombre contemporáneo ideas que vienen del pasado y de sus tradiciones. Esto tiene un entramado comercial y un entramado espiritual. Yo me he metido en este último. La murga me gusta como género musical por lo que deseo que mucha gente le dé valor para que crezca. Me gustaría que la murga fuera como el tango. Imagino el panteón del tango, desde Villoldo a Piazzolla, en donde miles de artistas trabajaron para que esta música crezca. Sueño con las miles de personas que pueden aportar su granito de arena para que la murga también se convierta en un género reconocido. Pero para lograr esto hace falta muchísimo trabajo, estudio e investigación. Es como cuando los escultores dicen que la figura ya está en la piedra, pero para llegar a ella hay que usar el cincel y el martillo. La murga es un diamante en bruto, y para que se convierta en un verdadero diamante hay que trabajar mucho".
Murga porteña en Venecia
Gustavo Mozzi, actual director del C.C.Kirchner y músico que aborda los géneros populares porteños (como la murga) con un alto nivel de sofisticación, estaba en 2006 al frente de talleres de composición de música popular del C. C. Rojas y fue invitado a participar del Carnaval de Venecia. “En la Plaza de San Marcos compartimos el cierre con el quinteto Tango Extremo. Sandro Brezzanello junto con María Pantuso. Me convocaron para que armara un cierre del Carnaval de Venecia con música de Buenos Aires. Me pareció que sería interesante abrirlo con tango y cerrarlo con murga. Un remix de temas de mi disco Matiné, o sea que se armó una especie de rave murguera. Y proyectamos imágenes del carnaval de La Boca y de diferentes murgas, como Cometas de Boedo o Los fantoches de San Cristóbal. Unas 30 mil personas terminaron bailando rumbo al Gran Canal detrás del bombo con platillo. En medio de La Comedia de Arte y las máscaras venecianas que tienen tanta historia, la murga porteña resultó una experiencia surrealista. Y generó otro tipo de intercambio: el director del Carnaval estuvo en Buenos Aires y hasta se pensó en la posibilidad de hacer un Carnaval de Venecia aquí. La de Mozzi no es una experiencia única. Goethe afirmó: "El carnaval es una fiesta que nadie le otorgó al pueblo, sino que el pueblo se dio a sí mismo."
Avellaneda sube la vara en el festejo del carnaval
Del otro lado del Puente Pueyrredón arranca este fin de semana un carnaval que se extenderá por ocho fechas consecutivas, hasta el 25 de febrero, con una oferta que combinará recitales al aire libre, espectáculos circenses, y el desfile de 33 murgas locales y de distintas localidades del con urbano.
El centro de convocatoria será el Anfiteatro Hugo del Carril, de Parque Domínico (Av. Mitre 500) y todas las actividades, organizadas por el municipio de Avellaneda, tendrán entrada libre y gratuita.
La fiesta popular incluye una programación que tendrá como figuras a La Delio Valdez, el 17 de febrero, y Miss Bolivia, que ofrecerá su recital el 24 de este mes.
Tras la importante convocatoria que tuvieron los festejos de 2017, la comuna se propuso duplicar la propuesta para los Carnavales 2018. «

2009. Taller de murga Chilicoy Bs. As. Cruz Roja




Taller de murga en Chivilcoy organizado por La Cruz Roja
Sábado, 28 de marzo de 2009
La filial Chivilcoy de la Cruz Roja Argentina organiza un taller de murga que dictará Coco Romero, en la Escuela Primaria de Educación Especial Nº 502, el viernes 3 de abril, de 18 a 19 y el sábado 4, de 9 a 12 horas. Los interesados deberán inscribirse en la Cruz Roja, Belgrano y Güemes, teléfono 428461. Cupos limitados. Este taller cuenta con el patrocinio de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Chivilcoy, con la colaboración de Jefatura de Inspección y Escuela Nº 502. Coco Romero es músico, tallerista e investigador del carnaval.

2010 La Matraca en muestra de fotos de Pablo Siquiroff

Muestra de Pablo Siquiroff , 2010
Carnavales del mundo
http://www.nuevofca.com.ar/muestra-pablo-siquiroff-2/
LA MATRACA










jueves, 30 de agosto de 2018

2004 Coco Romero: el arte de ir encontrando. EL GESTOR CULTURAL. Editorial CICCUS

http://www.bnm.me.gov.ar/catalogo/Record/000094431
Coco Romero: el arte de ir encontrando /
Autor: Santillán Güemes, Ricardo.

Descripción física: p. 220-231
En: El gestor cultural : ideas y experiencias para su capacitación Buenos Aires : Ediciones CICCUS, 2004 p. 220-231
Temas: SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA ; GESTIÓN CULTURAL
Idioma: Español



Ediciones CICCUS, 2004 - 280 páginas

El mundo en gestión / Héctor A. Olmos, Ricardo Santillán Güemes / - La acción sociocultural en una sociedad compleja / Mariano Garreta / - Políticas culturales y gestión / Héctor A. Olmos / - Antonio Hugo Caruso: la ética de la gestión / Ricardo Santillán Güemes y Héctor A. Olmos / - Internet cultural y creatividad / Fernando de Sá "sombras" / Ricardo Santillán Güemes / - Hacia el desarrollo del arte popular / Adolfo Columbres / - Coco Romero: el arte de ir encontrando / Ricardo Santillán Güemes / - Creer en el arte / Guadalupe Olmos Álvarez / - Ciclo vital: saberes, prácticas y calidad de vida. Aporte para la gestión cultural / Graciela Palmeiro y Ana María Hendler.